domingo, 28 de abril de 2013

Testimonio TGD


 Testimonio de una mente de un niño que tiene un trastorno generalizado del desarrollo. (TGD)


Hola soy yo. Tengo 13 años y si me ves por la calle, no soy distinto. Si te acercas a mi verás que hablo un poco distinto al resto de los niños. Me dicen que tengo voz de niño más pequeño. Empecé a hablar con cinco años.  Me cuesta todavía mucho pronunciar y mi logopeda me está ayudando a pronunciar la letra “L” y muchas más.







Nací en primavera, cerca del cambio de hora, y mis padres se pusieron contentos. Todo era perfecto hasta que en la guardería con 15 meses comenzaron a ver que algo ocurría, no me acercaba a los niños y no me gustaba jugar como ellos. Unos meses después, me puse malito y me ingresaron en el hospital por una neumonía. Cómo estuve allí tres semanas, me tuvieron que ver  muchos pediatras que me curaron pero, una pediatra con cara amable, les dijo a mis padres que me notaba algo distinto. No miraba a los ojos y casi no me comunicaba.






Esa neumonía pasó y me fui a casa, pero papá y mamá volvieron a ver a esa pediatra. En su consulta, les dijo a mis padres que tenía que ir al neurólogo y que debía de acudir a Logopedia y a un psicólogo infantil. Tenía dos años y allí empezó la historia, decidí esconderme y no mirar. ¿por qué?


Quiero que me conozcas, no es tan difícil, pregúntame. Soy un poco tímido aunque creas que estoy inmerso en mi mundo interior trato de observar todo lo que sucede cerca de mí. Sabes, en casa cuando mis padres hablan muchas veces estoy en mi habitación y ellos hablan, y de repente charlan de algo que me inquieta o que me interesa y voy corriendo hacía a ellos e intervengo. Si estas a mi lado, y no tratas de sacar de mí algo que me motive, me encerraré en mí mismo. Sabes soy un poco como tú que te pones un muro para que no te  traspasen y te hagan daño. Trato de protegerme de los demás. Que tenga dificultad de comunicación o de socialización no quiere decir que no sienta, o que no me dé cuenta de lo que sucede a mi alrededor. Soy intuitivo y capto tus sentimientos.


A pesar de mi dificultad, tengo alguna cualidad. Si me gusta saber dónde están los países y sus capitales, junto con sus banderas, ¿Por qué no voy a aprender conocimiento del medio? O si desde que estaba en infantil contaba hasta 1.000 ¿por qué no voy a seguir contando y sumando o multiplicando o incluso, dividiendo? Sabes cronometro el tiempo y sé en todo momento, el tiempo que pasas a mi lado, y ahora soy capaz de contar  esos momentos.
Sigo teniendo manías y una de ellas son las letras mayúsculas, pero si te esfuerzas y me pones una hoja al lado, con letra de caligrafía y en minúsculas, yo voy y copio en minúsculas. Es más fácil de lo que parece lograr cosas conmigo  sólo tienes que conocerme, sonreírme y tenderme la mano.





3 comentarios:

  1. ¡Qué bonita! me ha encantado, nada mejor que los casos reales para poder acercarnos a entender un poco mejor el autismo. Gracias por compartirlo Leti.

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  2. Que bueno el testimonio. Que mejor manera que esta para saber como se siente un niño con esta enfermedad. Sin embargo me quedo con la última frase "Es más fácil de lo que parece lograr cosas conmigo sólo tienes que conocerme, sonreírme y tenderme la mano", desde luego te hace pensar.

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  3. No hay nada mejor para poder conocer de primera mano lo que puede llegar a pasar un niño con autismo y la incomprensión que hay hoy en día hacia este trastorno en la sociedad en la que vivimos

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